15 preguntas sobre las vacunas de ARNm

Read Time: 2 minutes

Cuando estalló la pandemia, los expertos se pusieron manos a la obra de inmediato, haciendo todo lo posible para crear una vacuna contra el COVID-19. Finalmente, la FDA ha emitido una Autorización de Uso de Emergencia (EUA) para dos vacunas de ARNm. A medida que las personas en el país y en países seleccionados de todo el mundo se van vacunando, uno no puede evitar preguntarse qué es realmente una vacuna de ARNm. Aquí tienes 15 preguntas y respuestas comunes que buscan ayudarte a aprender más al respecto y a decidir si debes o no vacunarte.

¿Cómo generan inmunidad las vacunas de ARNm contra enfermedades infecciosas?

Las vacunas de ARNm funcionan utilizando hebras de material genético, llamadas ARNm, para llevar “instrucciones” a las células humanas sobre cómo fabricar una parte o porción de la proteína de espiga del SARS-CoV-2. Esto induce una respuesta inmunitaria, ayudando a proteger el cuerpo de la infección.

El ARNm sintético tiene un revestimiento especial de lípidos o grasas que lo protege de ser destruido por el sistema de defensa del cuerpo antes de llegar a sus células objetivo. Una vez que se crea una pieza de proteína de espiga, la hebra de ARNm se descompone y se elimina mediante las enzimas de la célula. La proteína, ahora un antígeno, provoca la producción de anticuerpos para combatir futuras infecciones por el SARS-CoV-2.

¿Cómo pudieron los científicos desarrollar la vacuna contra el COVID-19 en poco tiempo?

La vacuna contra el COVID-19 salió tan rápido porque la tecnología de vacunación de ARNm no es desconocida. Ha sido estudiada por Katalin Karikó, Ph.D., y exdocente de la Universidad de Pensilvania. Ella y Drew Weissman, un inmunólogo con un título de medicina y Ph.D., han descubierto una forma de mantener el material genético intacto a medida que llega a las células objetivo, mejorando así su potencial para combatir enfermedades.

El ARNm ha sido utilizado desde hace mucho tiempo por otros científicos para crear vacunas contra enfermedades infecciosas como la influenza, el Zika, la rabia y el CMV. También se ha utilizado para ayudar a codificar vacunas contra el cáncer para atacar tumores malignos en pacientes con cáncer de mama, colon y próstata, entre otros.