Una breve guía sobre la vacuna contra la Hepatitis B

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Se estima que hay más de 250 millones de portadores del virus de la hepatitis B en el mundo. La hepatitis B es una enfermedad potencialmente mortal que afecta el hígado. Puede causar infección de por vida, cicatrización del hígado (cirrosis), insuficiencia hepática y cáncer de hígado.

Una infección por hepatitis B se puede prevenir vacunándose contra ella. Antes de hablar de las vacunas contra la hepatitis B, vamos a entender cómo se propaga esta enfermedad, cómo se diagnostica y por qué deberías vacunarte.

¿Cómo se contrae la hepatitis B?

Hay muchas formas en que las personas pueden contraer el virus de la hepatitis B:

Agujas

La hepatitis B puede transmitirse entre personas que comparten agujas o jeringas. También puede propagarse a través de la acupuntura, tatuajes y piercing si no se practica una esterilización adecuada.

Relaciones sexuales

El contacto sexual con una persona infectada es una forma común de adquirir el virus de la hepatitis B. Las parejas de personas con hepatitis B deben hacerse la prueba y vacunarse.

Embarazo

Una mujer embarazada puede transmitir el virus a su bebé durante o después del parto, independientemente de si es un parto normal o por cesárea. Sin embargo, la lactancia materna es segura para las madres con hepatitis B.

Contacto cercano

El virus de la hepatitis B puede propagarse a través de un contacto cercano cuando los fluidos corporales de personas infectadas ingresan a pequeñas grietas o cortes en la piel. También puede ingresar a través de los ojos o la boca. Sin embargo, no se transmite mediante el contacto, los apretones de manos ni las comidas o utensilios compartidos.

Objetos y superficies

El virus puede sobrevivir mucho tiempo fuera del cuerpo humano. Esto significa que puedes contraer el virus de juguetes, cepillos de dientes, dispositivos electrónicos, cuchillas de afeitar y otras cosas que haya usado una persona infectada.

Síntomas de la hepatitis B

Los signos y síntomas de la hepatitis B pueden variar, pero algunos de los más comunes son:

  • Fiebre
  • Dolor abdominal
  • Fatiga
  • Falta de apetito
  • Náuseas
  • Piel y ojos amarillentos (ictericia)

Varios pacientes, especialmente bebés y niños, no desarrollan síntomas. Sin embargo, el hecho de que no haya signos no significa que el virus esté bajo control. Aquellos que no desarrollan síntomas no sabrán que tienen hepatitis B hasta que su hígado comience a fallar.

Detección y diagnóstico de la hepatitis B

Un panel de hepatitis B es una serie de análisis de sangre que se utiliza para diagnosticar la hepatitis B. Aunque solo se necesita una muestra de sangre, la prueba en sí consta de tres partes:

  • HBsAg (antígeno de superficie de la hepatitis B): un resultado positivo o reactivo en esta prueba indica que la persona tiene hepatitis B y puede transmitirla a otros a través de su sangre.
  • Anti-HBs o HBsAb (anticuerpo de superficie de la hepatitis B): un resultado positivo o reactivo en esta prueba muestra que la persona está protegida, ya sea por una vacuna o por una infección previa por hepatitis B, y que no puede transmitir la infección a otros.
  • Anti-HBc o HBcAb (anticuerpo del core de la hepatitis B): un resultado positivo o reactivo en esta prueba indica que la persona tiene una infección pasada o actual por hepatitis B. Esto solo se puede interpretar en función de los resultados de las dos primeras pruebas. Si obtienes un resultado positivo en esta prueba, debes hablar con tu médico para obtener una explicación completa de tu estado.

También se pueden realizar otras pruebas, especialmente en pacientes que dieron positivo en la infección pero no presentan síntomas.

Tipos de hepatitis B

Existen dos tipos de infecciones por hepatitis B.

  • Hepatitis B aguda: esta es una infección a corto plazo que a menudo presenta síntomas similares a los de la gripe, orina oscura, heces de color arcilla y dolor de estómago.
  • Hepatitis B crónica: esta es una infección a largo plazo que ocurre cuando el virus permanece en el cuerpo de un paciente. La mayoría de las personas con hepatitis B crónica no experimentan síntomas, lo que la hace mucho más peligrosa porque está causando estragos en el organismo de manera más profunda.

Ambos tipos deben tomarse en serio, ya que ambos pueden propagarse e infectar a otras personas. 

La importancia de la vacuna contra la hepatitis B

La hepatitis B se puede adquirir y transmitir fácilmente a casi cualquier persona. Es importante que las personas se protejan con una barrera de protección para al menos minimizar los riesgos de contraer la infección. Las vacunas contra la hepatitis B están disponibles y son seguras y eficaces. Ya forman parte de las vacunas de rutina para recién nacidos y niños en los Estados Unidos.

¿Quién debe vacunarse?

Se recomienda la vacuna contra la hepatitis B para todos. Sin embargo, se recomienda especialmente para las siguientes personas:

  • Personas con parejas infectadas con hepatitis B
  • Personas que conviven con miembros de la familia, parientes o amigos infectados con hepatitis B
  • Personas sexualmente activas con múltiples parejas
  • Personas que reciben tratamiento para enfermedades de transmisión sexual
  • Víctimas de abuso o agresión sexual
  • Personas en relaciones del mismo sexo
  • Personas que comparten agujas y jeringas
  • Trabajadores de la salud y de salud pública que están expuestos con frecuencia a fluidos corporales y sangre
  • Personal y residentes de centros de cuidado para pacientes discapacitados
  • Personas en prisión o en la cárcel
  • Viajeros que suelen ir a regiones con altos casos de hepatitis B
  • Pacientes con enfermedad hepática crónica, enfermedad renal y en diálisis, VIH, hepatitis C o diabetes

¿Quién no debe vacunarse?

Asegúrate de hablar primero con tu médico acerca de recibir la vacuna contra la hepatitis B si te encuentras en las siguientes categorías:

  • Has experimentado reacciones alérgicas después de una dosis anterior de la vacuna contra la hepatitis B
  • Tienes alergias graves o potencialmente mortales
  • Estás embarazada o amamantando. Aunque es seguro, tu médico debe descartar cualquier riesgo que pueda implicar la vacunación.
  • Estás moderadamente o gravemente enfermo con enfermedades menores, como un resfriado, tos o gripe.

¿Cómo y cuándo se administra la vacuna contra la hepatitis B?